domingo, 8 de mayo de 2011

La mamá más mala del mundo

Yo tuve la mama más mala de todo el mundo. Mientras que los niños no tenían que desayunar, mis hermanas y yo, teníamos que tomar leche, comer huevos y pan tostado.
Cuando los demás tomaban refrescos gaseosos y dulces para el almuerzo, mis hermanas y yo, teníamos que comer sopa, arroz  y jugos de frutas.
Mi madre siempre insistía en saber dónde estábamos. Parecía que estábamos encarcelados. Tenía que saber, siempre, quiénes eran nuestros amigos.
Insistía en que si decíamos que íbamos a tardar una hora, solamente nos tardaríamos una hora, ni un solo minuto más.
Me da vergüenza admitirlo, pero hasta tuvo el descaro de romper la ley contra el trabajo de los niños menores. Hizo que, mis hermanas y yo, laváramos la ropa, tendiéramos las camas, fregáramos los pisos y aprendiéramos a cocinar y muchas cosas igualmente crueles para unos niños de nuestras edades.
Creo que se quedaba despierta en la noche pensando en las cosas que podría obligarnos a hacer al día siguiente, a mis hermanas y a mí. Siempre insistía en que dijéramos la verdad y sólo la verdad.
Para cuando llegamos a la adolescencia ya fue más sabia, y nuestras vidas se hicieron aún más miserables, se volvió posesiva.
Nadie podía tocar la puerta para que saliéramos corriendo. Nos avergonzaba hasta el extremo, obligando a nuestros amigos a llegar a la puerta para preguntar primero por ella y, luego, a ella misma,  por nosotros.
Mi madre fue un completo fracaso. Ninguno de nosotros ha sido arrestado. Cada uno de mis hermanos ha servido a su patria desde sus distintas profesiones y jamás, mis hermanas y yo, nos hemos visto complicados en la vida, y ¿A QUIÉN DEBEMOS CULPAR DE NUESTRO TERRIBLE FUTURO? Tienen razón, a nuestra madre.
Vean de todo lo que nos hemos perdido. Nunca hemos podido participar en una demostración y actos violentos y miles de cosas más que hicieron nuestros amigos.
Ello nos hizo, a mis hermanas y a mí, convertirnos en adultos educados y honestos. Usando esto como ejemplo, estoy tratando de educar a mis hijos de la misma manera.
Verán, doy gracias a Dios por haberme dado "LA MAMA MÁS MALA DEL MUNDO".
Autor Anónimo

No hay comentarios:

Publicar un comentario